A finales de 2013 la agencia de comunicación 'patadegallo' se puso en contacto conmigo para hablarme de una pequeña firma de ropa especializada en ropa vintage con un marcado acento en los patrones de las prendas del lejano oeste y en el estilo de los años 20, 50 y 70. Se trata de Killing Couture, fundada en 2012 (sí, en plena crisis) por tres amigas que decidieron crear una mini-colección casi por diversión, sin excesivas pretensiones.
Pero como suele decirse en estos casos el éxito fue tan grande que dejaron su trabajo en una ONG (su tercer apoyo sigue trabajando como bailarina en Barcelona, centro de operaciones de la marca cada temporada) para dedicarse en exclusiva a la confección. A ese éxito seguramente ha ayudado su especialización y unos precios que hacen más que asequible tener camisas o vestidos hechos a mano.