11 de la mañana de primeros de julio en una moderna cafetería madrileña. Convocadas por la agencia GoodFeelings Comunicación un grupo de periodistas y blogueras nos reunimos para charlar con los creadores de la firma sevillana Cocoa mientras tomábamos un agradable desayuno. A mi derecha y presidiendo parte de la mesa se ubicó Emilio Ayala, una de las piezas fundamentales de Cocoa junto a Adolfo Briz (qué se sentó en el lado opuesto para charlar con otras invitadas).

Tras ingerir nuestro primer café Ayala comenzó a desgranar los entresijos de una marca con acento sevillano pero con influencias de lugares tan dispares como Londres o Miami (ciudades en las que los diseñadores se formaron en diseño de moda). Cocoa es su gran proyecto, una firma de moda en la que los vestidos de fiesta son los verdaderos protagonistas. Y es que la ropa de calle no es lo suyo: “ No nos sale, nos aburre”, confesaba Emilio Ayala al mismo tiempo que encendía su ordenador portátil para mostrarnos, en primicia, las imágenes aún en bruto de la colección que han preparado para este otoño/ invierno.

A diferencia del resto de marcas ellos son casi los únicos que crean ropa de fiesta en invierno. También se distinguen de su competencia ya que no se rigen por las tendencias del momento. Su inspiración no depende de modas, se fijan en los grandes modistos de antaño como Balenciaga o Yves Saint Laurent. No olvidan, tampoco, sus raíces sevillanas a la hora de confeccionar sus dos colecciones cada año, algo que agradecen con creces sus clientas.

Durante nuestro encuentro surgió la tan temida 'crisis económica'. Ayala nos explicó que Cocoa también se vio afectada por ella. Tras contar con varias tiendas propias decidieron cerrarlas y centrarse en pequeñas tiendas y boutiques por toda España. A ellas venden una edición limitada de no más de 200 o 300 unidades por modelo lo que convierte sus prendas en algo exclusivo a precios más que razonables: entre 100 y 120 euros. A esa exclusividad se une también la posibilidad de confeccionar en otros colores y no vender online. Eso sí, cuentan con miles de seguidores en su fan page en Facebook donde cada día les llegan preguntas de sus clientas para vestir sus vestidos, faldas y blusas y fotos de éstas con sus trajes.

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