martes, 14 de noviembre de 2017

El Retazo: Los champús sólidos buscan su sitio



La cosmética ecológica llegó a mi vida en agosto de 2013. Hacía tiempo que había oído hablar de un vecino de mi pueblo, en Extremadura, que realizaba cremas y jabones de manera artesanal. Así me decidí a probar su crema hidratante de aloe vera de la que me enamoré gracias a su textura ligera y nada aceitosa. Os hablo de la ya conocida 'Caramelosdementa'. Unos años más tarde y, tras probar otros productos y hablar con su creador para un artículo en esta misma bitácora ('La época dorada de la cosmética ecológica'), pude conocer el que para mí es el gran producto de la firma: los champús sólidos. 

A diferencia de los champús habituales presentan el formato de una pastilla de jabón. En 'Caramelosdementa' existen tres variedades: manzanilla, miel y jalea realromero y arcilla verde y tres arcillas al mentol, siendo este último el que más me gusta. Mi impresión es muy positiva porque limpia el cabello de manera natural sin ofrecer ese aspecto artificial que se consigue con los champús más comerciales aunque me resultó curioso que no hicieran tanta espuma. Ilusa de mí siempre he pensado que cuanta más espuma más limpio pero Ventura me ayudó rápidamente a aclarar ese falso mito.


La espuma como sinónimo de limpieza

Así me contó que la gran mayoría de champús llevan incorporado 'lauril sulfato de sodio (SLS)'. "Se inventó para desengrasar motores y luego lo trasladaron a la industria del jabón al ver que hacía gran cantidad de espuma. Desde ahí es cuando gran cantidad de espuma se asocia a una mejor o mayor limpieza", me explicó Ventura en una conversación vía correo electrónico. Lo negativo de este componente es que, aunque procede de aceites grasos como pueden ser el aceite de palma o de coco, fuentes abundantes de ácido láurico, para obtenerlo se somete a un proceso químico y se mezcla con ácido sulfúrico procedente del petróleo. En 'CaramelosdeMenta' la espuma se consigue con tensioactivos naturales procedentes del coco o azúcar.  

¿Lo bueno? Tal y como describe Itziar Matomoros en su artículo '¿Qué es y en qué afecta el Sodium Laureth Sulfate?' para la web Ecología Verde: es que es barato y efectivo, de ahí su gran utilización. E igualmente, aunque no es ilegal, "muchas asociaciones alertan desde hace años de sus peligros, para el medio ambiente y la salud, así como de sus supuestas propiedades cancerígenas", relata Matamoros.



Sobre este último punto no hay unanimidad al respecto. De hecho, la marca de cosmética natural, Lush, inventora en los años ochenta del champú sólido, lo mantiene en algunos de sus productos de manera casi mínima, a la espera de encontrar otras alternativas tal y como desarrollan en el artículo en su web 'No te preocupes por el SLS'. "A pesar de las terroríficas historias, en realidad no existe ninguna vinculación entre el SLS y el cáncer: en esto coinciden numerosas asociaciones médicas e industriales" explican desde Lush a la vez que puntualizan:

"El Industry Research afirma: "No existen pruebas que sugieran que el lauril sulfato de sodio provoque cáncer, así qu eno es necesario dejar de utilizar champú. Los cosméticos se encuentran bajo una estricta regulación en Europa y tienen que demostrar que son seguros antes de poder venderse. Por desgracia, existen numerosos rumores infundados en internet acerca de cosméticos que provocan cáncer, pero sencillamente no están respaldados por pruebas científicas convincentes".

Lo que sí es cierto es que el SLS puede contener propiedades abrasivas para la piel. "Resulta un desengrasante muy bueno para eliminar la grasa que se acumula en el cuerpo, pero también destruye los lípidos naturales que nuestra piel genera para defenderse de forma natural, por lo que se trata de una sustancia que resulta irritante para la piel humana. Así, muchos de los problemas de sequedad de piel, irritación del cuero cabelludo y caspa están causados por el uso continuado de productos con este compuesto" narra Matamoros en su publicación sobre el SLS. 

Buscando alternativas

Imágenes Sophie Carmo, Caramelosdementa y Lush.

Si bien es cierto que con el aclarado todos esos componentes se eliminan desde Lush recomiendan apostar por champús sólidos: "son una excelente alternativa para los cueros cabelludos sensibles, principalmente por el modo en que se utilizan. Un solo champú equivale a tres botellas de 200 ml de champú líquido; así que, aunque continen una concentración muy alta de SLS el riesgo es muy bajo, porque sólo la espuma se aplica al pelo". Y añaden: "De hecho, el riesgo es tan pequeño que no existen límites en la UE sobre el uso de SLS en los productos que se eliminan mediante enjuage, ya que la irritación sólo se produce con productos que permanencen sobre la piel".

Pese a ello desde Lush ya están manos a la obra buscando su propio surfactante "que no contnga nada de aceite de palma, que pueda usarse en fórmulas sólidas y que sea completamente biodegradable y no tóxico para la vida marina"

Y es que, por suerte, tal y como indica Ventura, de Caramelosdementa, en cosmética todo parece evolucionar hacia lo natural, porque todo se puede hacer de muchas formas evitando así tener que echarnos derivados del petróleo en la piel a la fuerza, comenta resignado, aunque trabajando desde su pequeño taller para que todo comience a cambiar. 

¿Conociáis la existencia del SLS? ¿Habéis usado champús sólidos?

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