martes, 15 de diciembre de 2015

La puntilla agridulce: Superga



Haciendo oídos sordos al principio periodístico por el cual ningún artículo ha de empezar por la fecha del suceso pero teniendo en cuenta que esto es un post comienzo la narración de mi experiencia con la marca de zapatillas de origen italiano: Superga. En septiembre de 2014 volé por primera vez hasta Londres para disfrutar de unas merecidas vacaciones y descubrir los entresijos de la capital del Reino Unido.


Una vez allí, entre otros muchos y apasionantes descubrimientos, conocí, de la mano dos buenas amigas, el famoso outlet T-K-Maxx que contaba con un gran número de establecimientos repartidos por toda la ciudad. Precisamente en uno de ellos, situado en el barrio de Brixton, adquirí a muy buen precio unas zapatillas descatalogas de la firma Superga (*). Según conocí más tarde pertenecían a la colección primavera/verano de 2013. 
Siempre había querido tener unas deportivas de esta firma pero he de confesar que un mes más tarde y, ya en Madrid, empezaron los primeros problemas. El forro interior, junto al talón, comenzó a despegarse.


Amablemente me informaron de que lamentaban lo ocurrido pero que no podían hacer nada ya que ellos no me habían vendido las zapatillas. Y tenían razón. Lo triste es que en octubre, unos meses más tarde, las deportivas no solo habían perdido su forro interior sino que empezaron a despegarse de la goma. Molesta, volví a contactar con los distribuidores de Superga en España para hacerles llegar mi decepción.  

El equipo me comentó que están fabricadas con gomas naturales y que la humedad puede ser perjudicial. Del mismo modo me explicaron que un uso excesivo también acaba pasando factura porque no dejan de ser unas deportivasNo obstante, y para que no me llevase una mala impresión me invitaron a probarlas de nuevo ofreciéndome un descuento para adquirirlas en su tienda oficial en la calle Augusto Figueroa, 27.
Apenas dos meses después de contar con mi nuevo par de zapatillas, un modelo clásico, he de admitir que están en perfecto estado y no he encontrado ninguno de los obstáculos anteriores. Entiendo que he tenido una mala experiencia pero voy a darle una segunda oportunidad a la firma italiana cuyos diseños son realmente apetecibles. Desde aquí me gustaría dar las gracias a los distribuidores de Superga por el trato recibido y su interés en llevarme una buena impresión. 
 

(*) No guarda relación con mi experiencia pero la amiga que viajó conmigo hasta Londres también se compró unas zapatillas en el famoso outlet de la firma DC Shoes y, aunque no están del todo acabadas, también noto desde el primer mes como la suela se iba llenando de pequeños agujeros que en días de lluvia calan el interior de la deportiva.

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